EN ESTUDIO LA ENFERMEDAD MENTAL GRAVE COMO CAUSA DE EUTANASIA
- Centro de Psicología Maribel Gámez
- 6 jul 2024
- 3 Min. de lectura

La Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia (LORE), vigente en España desde esa fecha, no mencionaba la enfermedad mental grave como posible causa de solicitud por parte del enfermo terminal (o por su representante legal) de la prestación de ayuda a morir (PAS), pero tampoco la excluye. Sin embargo, dos sentencias del Tribunal Constitucional avalaron la LORE, pero haciendo una interpretación restrictiva que excluía como causa la enfermedad mental grave.
Esto fue considerado incomprensible por numerosos profesionales de la sanidad y del derecho, por cuanto que no cabe la menor duda de que existen afecciones mentales muy graves que hacen un infierno de la vida del paciente y son irreversibles. Por ejemplo, la esquizofrenia de alto deterioro, con pérdida de habilidades sociales básicas y necesidad de apoyo continuado. O el trastorno bipolar I y II, en los que se intercalan periodos depresivos con periodos maniacos e hipomaniacos. Y el trastorno obsesivo compulsivo con síntomas psicóticos, que añade a la obsesión compulsiva delirios y alucinaciones.

Estos tres trastornos mentales citados constituyen una palmaria prueba de que no sólo las afecciones somáticas graves pueden producir en quienes las padecen un fortísimo deseo de acabar definitivamente con el sufrimiento que acarrean poniendo voluntariamente fin a su vida. Lo mismo puede ocurrir, y de hecho ocurre, con algunas mentales que, como establece la ley, constituyen un “Padecimiento grave, crónico e imposibilitante” o una “enfermedad grave e incurable”, requisitos imprescindibles para la solicitud de la prestación de ayuda a morir, de acuerdo con el Manual de buenas prácticas en eutanasia desarrollado por el Ministerio de Sanidad.
Así lo han manifestado los participantes de la mesa dedicada a la eutanasia, dentro del XXII Congreso Derecho y Salud, celebrado en Alicante el mes pasado: Nuria Terriba, vicepresidenta de la Comisión de Garantía y Evaluación de la Eutanasia en Cataluña; Serafín Romero, presidente de la Comisión de Garantía y Evaluación de Andalucía; Albert Tuca Rodríguez, presidente de la Comisión de Garantía y Evaluación de Cataluña, y Matilde Vera, letrada de la Asesoría Jurídica del Servicio Andaluz de Salud.

Es en este contexto que el Ministerio de Sanidad, en comunicación con las consejerías de salud de las comunidades autónomas, ha decidido modificar dicho manual para introducir de forma explícita las enfermedades mentales graves como causa de eutanasia.
En el primer borrador que ya circula entre los interesados, según Diario Médico, se establece que “se requiere una evaluación psicopatológica exhaustiva que permita identificar aquellas personas que podrían acogerse a la PAM por trastorno mental debido a la presencia de un padecimiento grave, crónico e imposibilitante o una enfermedad psiquiátrica grave e incurable.”
Porque se trata, según manifiesta el Ministerio de Sanidad en el borrador del documento, de "descartar aquellas personas que presentan síntomas de depresión o ansiedad leves o moderados, ya que estas condiciones son susceptibles de tratamiento y mejora, excluyéndolas del acceso a la PAM."

Y para ello se recomienda "que el médico responsable sea un profesional que haya atendido a la persona durante un periodo prolongado, como su médico de familia o su psiquiatra habitual." Aunque, cuando no sea posible, "el médico responsable puede realizar la interconsulta a los especialistas de salud mental que hayan intervenido en su seguimiento y puedan aportar una visión longitudinal del proceso, como psiquiatría, psicología clínica, enfermería y trabajo social."
Para finalizar añadiendo que es deseable que "el médico consultor tenga formación especializada en el ámbito de la enfermedad que presenta la persona solicitante, dándose preferencia a un médico psiquiatra."
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Personalmente, pienso que en cierta medida algunas enfermedades mentales pueden tener para el que las padece consecuencias vitales más devastadoras que las somáticas.
El tema es complicado... Me parece muy bien cómo lo plantea Sonsoles, calidad de vida y calidad de muerte. Lo apunto.
Calidad de vida, calidad de muerte. Simplemente es coherente.
No sé, me resulta imposible pensar en esto con un mínimo de frialdad.
Cuanto mas se prolongue la vida con calidad, más se acudirá a la eutanasia. Parece una paradoja, pero no es tal, sino que hay una relación causal entre ambas cosas.