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“ME CONTEMPLÉ EN EL LECHO DE MUERTE”


“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Diferentes investigaciones (1) realizadas en los últimos años han puesto de manifiesto que se pueden generar en humanos las denominadas experiencias cercanas a la muerte (ECM) mediante la ingesta de sustancias como la ketamina y otras drogas psicodélicas que provocan experiencias disociativas corporales y mentales tales como sensaciones de extracorporeidad.


Estas han sido comunicadas sin ningún género de dudas por algunas personas que han tenido la percepción de que su muerte era inminente, aunque finalmente hayan sobrevivido.

 

Mientras que otros estudios (2) han concluido que estas sensaciones de estar fuera de los límites físicos del cuerpo, avanzando hacia una luz en presencia de un umbral invisible e irreversible, producidas, entre otras, por la ketamina, tienen también su correlato endógeno, es decir, sintetizado por el organismo, en sustancias como el DMT (N,N-dimetiltriptamina), un alcaloide presente en numerosas plantas y seres vivos, incluyendo el ser humano.


“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Todos ellos se han visto reforzados y en buena medida explicados por un nuevo estudio (3) realizado por neurólogos de Stanford, ‘Evidencia causal del procesamiento del yo corporal en el precúneo anterior’, que por fin localiza de manera inequívoca la zona del cerebro donde radica el sentido del yo espaciotemporal: en el precúneo (o precuña) anterior, parte del lóbulo parietal superior oculto en la fisura longitudinal medial entre los dos hemisferios cerebrales. El precúneo es una de las áreas más variables entre individuos adultos, esencial para la integración visuoespacial: coordina las relaciones entre cerebro, cuerpo y ambiente, enlazando conceptos de espacio y tiempo con simulación y autoconciencia, y hasta con la percepción social. También es nudo fundamental de la red neuronal por defecto, que coordina el funcionamiento base del resto del cerebro

 

Los investigadores de Stanford analizaron estudios anteriores sobre los fundamentos neuronales de la conciencia, en los que se consideraba que la información corporal sensoriomotora es un elemento clave que proporciona una forma mínima e inmediata del yo, si bien formulando dos perspectivas.


“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Algunos estudios adoptaron principalmente una perspectiva interoceptiva; así,  los sentidos visceral y autónomo se dedican principalmente al control homeostático de las funciones corporales. Mientras que otros se han centrado en el sentido del yo físico y el esquema corporal, lo que da lugar a subdivisiones de gran finura: los sentidos de autoubicación, propiedad del cuerpo, punto de vista de uno mismo y autoorganización se han atribuido a una red distribuida de estructuras corticales y subcorticales cerebrales que abarcan la corteza premotora, la corteza somatosensorial, el área corporal extraestriada, la ínsula, el surco intraparietal, la unión temporoparietal (TPJ), la corteza cingulada media, el giro temporal superior posterior, el precúneo y el putamen.

 

La disfunción de estas estructuras cerebrales puede llevar a estados ilusorios como experiencias extracorporales, movimiento de todo el cuerpo o de una parte del mismo (flotar o caer), desposesión o alejamiento de una parte del cuerpo (síndrome de la mano ajena), distorsión del punto de vista sobre el mundo, sensación de no poder controlar o iniciar acciones físicas o percepciones erróneas sobre la propia imagen corporal.


“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Ahora bien, el sentido corporal del yo es diferente de una noción más amplia del yo que involucra los recuerdos y la narrativa de uno sobre sí mismo, basada en recuerdos autobiográficos. Un gran cuerpo de estudios de neuroimagen ha sugerido un papel fundamental para las estructuras corticales de la línea media en la red neuronal por defecto (RND, el conjunto de regiones del cerebro que colaboran entre sí y que son responsables de gran parte de la actividad desarrollada mientras la mente está en reposo), especialmente la corteza posteromedial (PMC), en la representación del "yo narrativo", mientras que otra línea de estudios independiente destaca el papel de las regiones parietales laterales en el procesamiento de un yo "corporal" o el llamado “yo encarnado”.

 

A destacar que el mismo grupo de Stanford ya había observado que en un paciente con epilepsia tanto la actividad convulsiva patológica propia como la estimulación eléctrica en la corteza posteromedial podría causar una profunda sensación de autodisociación, definida como sentimientos de desapego de uno mismo y de la realidad del mundo exterior. Y, en consonancia con este hallazgo, un estudio sistemático de la corteza posteromedial de roedores utilizando estimulaciones optogenéticas e infusiones de ketamina sugirió un vínculo entre las oscilaciones y los fenotipos conductuales de disociación.


“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Para investigar más a fondo la relación causal entre la corteza posteromedial y las dos dimensiones del yo, diseñamos el estudio actual utilizando un enfoque multimodal. El equipo incorporó junto con el paciente anteriormente citado a otros ocho nuevos participantes humanos implantados con electrodos intracraneales en la corteza posteromedial y otras regiones del cerebro, y exploró los efectos de la estimulación eléctrica de varias zonas, entre las que destacó la subregión del precúneo anterior.


Ello puso de manifiesto que el precúneo anterior es un nodo clave con acceso a procesos neuronales que son causalmente relevantes para la formación del sentido subjetivo de un yo físico y espacial, lo que abre la puerta a una mejor comprensión de los mecanismos neuronales subyacentes a la navegación espacial, la construcción de escenas, la subjetividad y la autodisociación patológica.

 

La estimulación del precúneo anterior en los nueve participantes se asoció con una mezcla de diferentes estados subjetivos según el individuo, así como la ubicación estimulada y la intensidad eléctrica.


“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Aunque la mezcla exacta de estos estados subjetivos varió entre los participantes y los hemisferios (por ejemplo, falta de concentración frente a sensación de caída), algunas generalizaciones entre los participantes fueron evidentes, de modo que varios participantes describieron espontáneamente cambios subjetivos clave (es decir, sensación de flotar) con exactamente la misma redacción.

 

Los cambios en el estado afectivo de los participantes variaron según la estimulación de la precúneo anterior. El efecto afectivo para los participantes que principalmente sintieron pérdida de equilibrio, caídas o caídas fue en general negativo y se asoció con una sensación de miedo y ansiedad, ya que la sensación podía ser insegura e inestable. Por el contrario, algunos de los participantes que experimentaron flotar o volar sobre las nubes informaron que el efecto fue psicológicamente estimulante, con valencia positiva. Por ejemplo, un participante informó que induciría esta sensación cuando estuviera estresado, si tuviera la opción de autoestimularse en casa; pero también señaló que podría volverse adictivo.


“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

Para mapear la identidad de las estructuras conectadas con el precúneo anterior en comparación con el resto de la corteza posteromedial, el equipo midió la conectividad funcional etiquetando los sitios de electrodos como zonas calientes versus frías en función de si la perturbación eléctrica indujo o no algún cambio en el estado subjetivo de la persona: sentimientos, sensaciones, humor…

 

A continuación, se generaron mapas de correlación de todo el cerebro vóxel (unidad volumétrica del cerebro que contiene unas sesenta mil neuronas) a vóxel para las zonas frías y calientes. Los resultados revelaron que el mapa de conectividad de la zona fría coincidía claramente con la anatomía de la red neuronal por defecto, mostrando que la corteza posteromedial es su nodo clave. Por el contrario, la conectividad de la zona caliente era diferente a la de la red neuronal por defecto e involucraba sitios como la corteza cingulada media, el área somatosensorial, la corteza premotora medial, el giro supramarginal, el lóbulo parietal superior, el campo frontal-ocular, la unión temporooccipital, la corteza visual primaria y la ínsula.


“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez

En definitiva, que el “yo físico” y el “yo narrativo” de una persona están conectados a entidades cerebrales distintas e identificables, lo que permite una comprensión cabal de la personalidad y posibilita mejores tratamientos de la enfermedad mental.

 

 Notas:






“Me contemplé en el lecho de muerte.” Centro de Psicología Aplicada Maribel Gámez


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18 comentarios


barbaraenelcole
06 nov 2024

Aclarar las cosas mediante la ciencia siempre es positivo.

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Javier Contreras
Javier Contreras
05 nov 2024

Muy oportuno e interesante el artículo, gracias.

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arterritorynet
04 nov 2024

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

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bar_tender
02 nov 2024

¡Tremendo!

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martitagiraldez
01 nov 2024

melocarantes

hace 11 horas

"Ciencia vs. creencia, complicado."

_____


Bien visto, en ese entorno nos movemos muchas. Y hay días que me siento muuuuy cansada para defender lo obvio. Nada hay más triste que pelear para defender lo que no debería necesitar ser defendido.

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maribelgamezcruz
maribelgamezcruz
05 nov 2024
Contestando a

Fantástica frase, me quedo con ella.

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