Desde hace algunos años diferentes compañías vienen trabajando en el desarrollo de interfaces cerebro-ordenador que permitan a pacientes con graves limitaciones motoras, como puede ser con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), transmitir pensamientos a un ordenador dotado de sistema operativo comercial y que éste ejecute las instrucciones recibidas.
Entre los principales problemas que hasta ahora ha venido mostrando esta nueva tecnología destaca el carácter invasivo de la intervención quirúrgica que implanta en el cerebro los sensores, a menudo con consecuencias indeseables. Pero esto está cambiando, como ha puesto de manifiesto un estudio sobre la investigación desarrollada por la empresa estadounidense Synchron, plasmada en un dispositivo denominado Stentrode, que se puede implantar en el paciente eliminando casi por completo el carácter invasivo del proceso.
El estudio, publicado recientemente en JAMA Neurology, está firmado por un prestigioso plantel de neurólogos australianos, liderados por Peter Mitchell, Director de Neurointervención del Royal Melbourne Hospital, y Bruce Campbell, neurólogo vascular del Hospital Real de Melbourne y la Universidad de Melbourne.
Stentrode consiste en un pequeño dispositivo con forma de tubo que se inserta a través de una incisión en un vaso sanguíneo en el cuello y se desliza hasta el cerebro, donde puede registrar señales eléctricas. Operando de manera similar a un stent, se incorpora a la pared del vaso sanguíneo como un tatuaje.
En el cerebro el sensor se coloca sobre la corteza motora, una región que controla el movimiento voluntario, para detectar impulsos eléctricos asociados con intentos de movimiento.
El sensor cerebral está conectado a través de un cable a una unidad transmisora colocada sobre la piel del pecho del paciente que transmite las señales de forma inalámbrica a un ordenador que opera con un software comercial. Estas señales luego se transforman en acciones digitales específicas a través de una serie de algoritmos.
En el primer ensayo clínico denominado SWITCH (NCT03834857), a cuatro adultos con ELA y parálisis grave de las extremidades superiores se les implantó el dispositivo Stentrode y se les dio seguimiento durante un año. La edad media de los pacientes era de 61 años.
El objetivo principal del estudio pretendía evaluar la seguridad del dispositivo. Los resultados fueron positivos, sin efectos secundarios graves relacionados con su utilización en ninguno de los pacientes. Se presentaron algunos efectos secundarios leves, como dolor de cabeza o hematomas en el sitio donde se implantó el dispositivo, pero todos se resolvieron rápidamente, sin intervención médica.
Los análisis también indicaron que Stentrode no interfirió con el flujo sanguíneo ni causó problemas de coagulación. El dispositivo permaneció en la misma posición estable durante todo el año que duró el estudio y las señales eléctricas registradas por el mismo se mantuvieron consistentemente fuertes.
Tres de los pacientes pudieron comenzar a utilizar el ordenador después de una sesión de entrenamiento, mientras que el cuarto requirió nueve sesiones para hacerlo.
En tres pacientes el dispositivo Stentrode se combinó con tecnología de seguimiento ocular: el paciente usaba sus ojos para mover un cursor en una pantalla y luego utilizaba el dispositivo Stentrode para hacer “clic”. Con el cuarto paciente se prescindió del seguimiento ocular, utilizando en su lugar una aplicación informática que ofrecía opciones alternativas que podían seleccionarse con el dispositivo.
Los pacientes pudieron enviar correos electrónicos y redactar textos complejos, realizar compras online, administrar sus finanzas personales y comunicarse con sus cuidadores para expresar sus necesidades. Escribieron a una velocidad promedio de 16,6 caracteres por minuto utilizando el sistema, con un porcentaje de corrección del 97,2 % de los textos.
Los investigadores han puesto de manifiesto la satisfacción expresada por los pacientes al recuperar la capacidad de realizar tareas cotidianas con el PC. Y citaron ejemplos concretos para cada uno de ellos, como la posibilidad de comunicación con amigos y familiares en el extranjero en un caso o la capacidad de organizar una colección de música en otro.
Sin embargo, también pusieron de manifiesto los investigadores que el estudio fue realizado con un pequeño número de pacientes durante un tiempo relativamente corto, por lo que consideran que se precisa más investigación para confirmar la seguridad y optimizar la funcionalidad del dispositivo Stentrode.
El artículo completo publicado en JAMA Neurology puede leerse aquí: https://jamanetwork.com/journals/jamaneurology/article-abstract/2799839
Y en la web de Synchron pueden verse vídeos y leer diferentes textos sobre el dispositivo Stentrode: https://synchron.com/
Dudo mucho que una inteligencia artificial por muy lista que sea pueda aportar el componente artístico que tiene una obra de arte. Imitación, sí. Creación, no.
Lo importante es que se está avanzando mucho en algo que va a mejorar de manera espectacular la vida de personas que hoy tienen graves problemas simplemente para la actividad cotidiana. Y que el conocimiento que se está adquiriendo sobre ello promete resolver más problemas y más graves de millones de personas. Esto es innegable.
Me adhiero a la mezcla de sentimientos ambivalentes. Puede ser muy bueno y lo será para muchas cosas. Puede ser muy malo y lo será para otras tantas.
❤️
A ver, yo no acabo de entender que siempre prevalezca la interpretación negativa y desconfiada de los avances tecnológicos. En mi campo, que es la archivística y la documentación, los avances en tecnología digital han revolucionado el conocimiento. La generación profesional anterior simplemente no se llega a creer lo que podemos hacer actualmente con los programas que están a nuestra disposición. Y no han pasado ni veinte años...
Un voto de confianza por el avance tecnplógico.