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Foto del escritorMaribel Gámez

¿Sientes miedo, estrés o ansiedad?

Actualizado: 13 jun 2021

Si puedes distinguirlas, la explicación de un posible problema psicológico que estés sufriendo se abrirá ante tus ojos. Estas tres palabras suelen utilizarse como sinónimos en las conversaciones cotidianas pero en realidad no lo son. El estrés, el miedo y la ansiedad son respuestas diferentes del organismo ante distintas situaciones, e implican la activación o inhibición de circuitos fisiológicos y hormonales.


Estrés


Vamos primero a definir el estrés que tanto se ha relacionado con los entornos laborales.

Llamamos estrés a la movilización de recursos que un ser humano pone en marcha para conseguir algo y que se traduce en una sería de síntomas físicos de activación. Todos los días tenemos que poner en marcha recursos para conseguir fines, en el trabajo se ve con claridad. Pero también cuando alguien dedica tiempo al estudio y tiene que enfrentarse a pruebas que determinen lo que realmente sabe. O a un cambio de casa.

El estrés hace la función de movilizar al organismo para prepararse para esa tarea, como mecanismo de supervivervicencia que es.

Nos activa para que aumentemos las probabilidades de tener éxito.Los problemas empiezan cuando la complejidad de la tarea o la cantidad de tarea sobrepasan los recursos que una persona tiene en un período largo de tiempo. Lo que antes era una activación natural del organismo que volvía al reposo cuando la tarea, para la que se habían movilizado, cesaba, se convierte en un problema cuando esa activación no se apaga. Cansancio mental, fátiga y agotamiento son síntomas de esta activación prolongada. ¿Tienes que hacer más informes al día que tiempo para hacerlos? ¿La carga de trabajo es interminable por más tiempo que le dediques?


Cuidado, porque puedes sufrir "el síndrome del quemado" que no es otra cosa que la incapacidad de responder adecuadamente a lo que te piden. Las exigencias de la vida superan tus recursos. Puede derivar en síntomas como alteraciones del sueño, falta de motivación, irritabilidad, depresión, entre otros problemas.


Miedo


El miedo es otra cosa. Si te encuentras con un león por la calle más te vale que el miedo tome el control y tú te dediques, simplemente, a dejarte llevar por él. Sabe lo que se hace. Y es que es un mecanismo biológico, prácticamente automático, que te prepara para la huida, el ataque o, en ocasiones, la parálisis, que es otra estrategia que tenemos en un nuestro repertorio conductual para evitar los peligros. ¿Qué la activa? La interpretación, por parte de tu cerebro, de una situación de peligro real o imaginario.


Es lógico temer a un león pero, sin embargo, si lo que te ocurre es que tienes miedo a algo que no debería darlo, como, por ejemplo, las palomas, los perros o las tormentas, estamos hablando de una fobia. El mecanismo de la fobia actua igual que el del miedo pero ante algo que no es temible. Es un miedo irracional. Esto ocurre con mucha frecuencia debido a un mecanismo llamado generalización que establece relaciones entre situaciones que vivimos o vemos que viven otros, donde el organismo se protege aunque de lo que se tenga que proteger no sea potencialmente dañino. En la fobia funciona como una alarma estropeada, como un cable de la luz compartido con tu vecino. Se enciende cuando no debería.


Ansiedad

Y, por último, la ansiedad que es un mecanismo que tiene que ver con la anticipación. Concretamente hace referencia a cuando tememos que algo ocurra en el futuro. Todas las sensaciones físicas que experimentamos cuando anticipamos se llaman ansiedad. Es una sensación vaga, muchas veces, y poco definida de temor ante que algo negativo pase. En la ansiedad hay un componente cognitivo muy importante. Es decir, que hay pensamientos relacionados con el asunto, mientras que en el miedo no, la respuesta es prácticamente automática.

Ahora formulo una pregunta cuya respuesta explica la confusión que existe entre los términos del título de esta entrada. ¿El estrés y el miedo pueden provocar ansiedad? Por supuesto, ya que podemos anticipar ambas situaciones pensando sobre ellas y temiendo que ocurran en el futuro. ¿Y si tienes que hacer aún más informes en el trabajo si ya estas sobrepasado? ¿ Y si te encuentras con un león, una paloma o un perro al cruzar la calle? Ahí empieza la ansiedad anticipatoria, que puede convivir con el estrés y el miedo y que merecerá una entrada de blog para ella sola.





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