EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Blanca de la Torre, 7-5-2022
Características del TOC
El Trastorno Obsesivo Compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones, principalmente.
Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos de carácter perturbador que se dan de forma repetitiva y persistente. Estas, se presentan de forma intrusiva, lo cual, quiere decir que la persona no puede controlarlas voluntariamente. El contenido suele estar relacionado con la posibilidad de hacer daño a alguien, a sí mismo o bien que va a ocurrir algún tipo de desgracia que escapa de su control.
Dichas preocupaciones son irracionales o muy exageradas, es decir, hay muy pocas probabilidades o ninguna de que aquello que se teme, llegue a suceder de verdad, pero se vive como si fuese real, incluso aun sabiendo que no lo es.
Las obsesiones generan una intensa ansiedad en la persona, por lo que intentará ignorarlas, suprimirlas o neutralizarlas a través de otro pensamiento o acción con el objetivo de disminuir el malestar, esto es lo que se denomina compulsión.
La función de las compulsiones es reducir la angustia que provocan las obsesiones o evitar un acontecimiento temido.
Cuando alguien se obsesiona con la posibilidad de cometer un error que provoque una desgracia, como por ejemplo dejar encendido algún electrodoméstico y ocasionar un incendio, y desarrolla un ritual basado en la comprobación que le produce un alivio inmediato, tiende a repetirlo una y otra vez en el intento de eliminar la obsesión que le asedia, es entonces cuando se produce esa espiral de sufrimiento en la que queda atrapado hasta que decide afrontar el problema de otra manera.
Las obsesiones y las compulsiones consumen una gran cantidad de tiempo en la vida de la persona e interfieren en su funcionamiento.
Los repetidores tienden a repetir acciones un número determinado de veces con el objetivo de prevenir una posible desgracia. Los ordenadores necesitan colocar y organizar las cosas de una forma específica para evitar sentirse angustiados y los acumuladores coleccionan o acumulan objetos por temor a necesitarlos en algún momento.
No todos desarrollan compulsiones físicas como lavar, ordenar o comprobar; hay otro grupo que desarrolla rituales mentales tales como contar, rezar o por ejemplo realizar listas de tareas que recuerdan de forma reiterada por el miedo a olvidarse de alguna. Por último, están los obsesivos puros, que viven en una especie de conflicto interior en el que aparece un pensamiento negativo que les produce angustia y a continuación un pensamiento tranquilizador que la mitiga, y así se debaten durante horas entre una voz que les dice que pudieron haber hecho las cosas mejor y otra que les consuela diciéndoles que hicieron lo que pudieron.
Aunque este patrón se repite en todo aquel que padece TOC, existen diferentes tipos en función de sus síntomas.
Los lavadores y los limpiadores tienden a obsesionarse con la contaminación y temen contagiarse, enfermar o dejar de estar a salvo, por lo que desarrollan compulsiones de limpieza. Los verificadores viven terriblemente preocupados por cometer un error, por lo que tienden a comprobar y verificar de forma exhaustiva y minuciosa cualquier acción que pueda provocar un daño, por improbable que sea.
Tipos de TOC
Romper el círculo vicioso
Aunque resulte paradójico, cualquier intento de evitar una obsesión, multiplicará su fuerza, por lo que la consumación de los rituales y las compulsiones incrementará el miedo. Cuando la persona deja de resistirse a esos pensamientos y los acepta, teniendo claro que son irracionales pero que van a seguir apareciendo sin posibilidad de apartarlos, es cuando comienza a disminuir la frecuencia y la intensidad de los mismos.
Plantearse la posibilidad de no tener obsesiones, luchar contra ellas, preocuparse por la posibilidad de que vuelvan a aparecer o intentar evitar las situaciones que nos recuerden a ellas, no hará otra cosa más que aumentar su poder.
Existen otras formas de enfrentarse a este problema mucho más efectivas que ayudan a aumentar el control sobre las obsesiones y disminuir considerablemente el malestar. No obstante, la persona debe estar concienciada de que al comienzo será duro porque está acostumbrada a evitar lo que teme en lugar de mirarlo de frente. Sin embargo, con la práctica aprenderá que se puede relacionar de forma distinta con sus obsesiones, pudiendo posponerlas, distanciarse de ellas, decidir prestarles o no atención e incluso reírse de aquello que tan atemorizante pudo llegar a ser.
Al exponerse a un estímulo temido repetidas veces, se produce un fenómeno llamado habituación que consiste en la disminución de la sensibilidad a dicho estímulo, y es en este principio en el que se basan las intervenciones dirigidas a tratar el TOC.
Lógicamente el proceso no será igual para todo el que se vea aquejado por este trastorno, los programas de entrenamiento en exposición al estímulo temido variarán en función de la gravedad y de las características del paciente, aunque en esencia todos los tratamientos persiguen el mismo fin, afrontar el miedo.
¿Sabías que...
…existe otro Trastorno Obsesivo Compulsivo que pertenece a la clasificación de los trastornos de la personalidad?
Se caracteriza por un patrón dominante de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control, pero las personas que lo padecen no perciben sus rasgos como problemáticos o desadaptativos.
Si quieres saber más...
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Rafael Santandreu. Sin miedo. El método comprobado para superar la ansiedad, las obsesiones, la hipocondría y cualquier temor irracional. Grijalbo, 2021.
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Rosa Lafuente y José Carlos G. A. Descubriendo al TOC. Un manual en cómic para comprender el trastorno obsesivo compulsivo. Obra Social Fundación LaCaixa, 2014.
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Edna B. Foa, Reid Wilson. Venza sus obsesiones. Un revolucionario método para liberarse de su comportamiento obsesivo. Robin Book, 2014.